Debo empezar ofreciéndote disculpas por tardar tanto en alimentarte… pero en los últimos días varios acontecimientos han trastornado la llamada: “vida cotidiana” que hasta hace poco la denominaba: “Locha cotidiana”; pues bien, este cambio dimensional en la arista de lo laboral ha hecho una importante variación de mis ritmos a tal punto de restar el tiempo de escritura en otras prioridades –tal vez, no tan importantes-.
Pues bien, hecha la salvedad contextual -mentira camuflada para sentirme bien- … paso a contarte que en días pasados empecé mi misión transformadora del mundo –Jajaja-; para ello, decidí no dejarme contaminar por el negativismo capitalista del actual mundo y retome mi “camino espiritual”.
-Pero… ¿de qué carajos hablo?,
Ni yo mismo lo sabía, hasta que en una noche llena de reflexiones fui empapado por agua celestial vertida en el pavimento de una excéntrica calle de la capital. Las coordenadas del suceso, me llevaron a una casa algo particular… una sala llena de sillas, vitrales y mucho silencio (a pesar de una multitud de personas que la rodeaban).
Era un martes, un día como cualquier otro… pues después de unos meses de recorrer la ciudad en busca de una oportunidad laboral el sentido del tiempo y el espacio se da en la medida de tus expectativas –que por cierto, cada día se desvanecen como los centavos en tu bolsillo-
Pero, esa es la razón del cambio… y el titulo de la entrada ¿qué?; pues ahí vamos después de ese día, las cosas retomaron su curso… Comprendí que una frase de cliché puede generar una reflexión interna más allá de los rituales mamertos que se dan entre “hermanos” y que la perseverancia y constancia pueden ser buenos vehículos de nuestras metas y esperanzas.
Si bien, hasta aquí todo ha sido cursi… lo de más adelante puede generar todo tipo de malestares; por ello ALEJATE DE AQUÍ!!!
Tras el paso del tiempo escuche acerca de la magia de la fé… de la devoción ciega a alguien, o.. a algo… así fue que llegue a donde “Martha” la mujer virtual; aquella de corazón noble y amplio que intercede por quien tenga una intención o un imposible en la realidad.
-¿Cuál es el truco?,
Tampoco lo sé, a veces pienso que soy demasiado despistado para darme cuenta de las cosas… sin embargo creo en el poder de lo invisible y sé que “Martha” metió las narices para que aparte de mis propósitos… esté escribiendo esta entrada en la noche de hoy.
HOLA ¿CÓMO ESTÁS?
Con la pregunta que antecede a estas palabras fue el primer acercamiento que tuve con mi nuevo “key pal” –el termino lo reservo a las personas que conozco por la red a través de redes sociales y similares que por algún inconsciente aún no he bloqueado-
Tras la respuesta: -mal y tú?; empieza el reto de agradar… pues en esta superficie se agrada o se rechaza… De tal forma, que empecé a hacer gala de mi inusual humor y termine por fragmentarme en: ser académico, ser afectivo, ser familiar, ser cotidiano y seudo ser laboral.
Pero olvidaba esos propósitos de inicio de texto… y decidí retomarlos así que con el poder de la palabra cree el instante para hablar de la “mujer virtual” y con tal sorpresa descubrí que mi “Key pal” quería conocerla.
Solo basto un café cerca a una estación de Transmilenio antes de ir a laborar en una biblioteca que lleva el nombre de un “emprendedor social” –¡vaya sarcasmo el mío!-, un par de líneas acerca del “amor en tiempos de virus psicoafectivos” para que en los dos siguientes Martes se creara el “big bang” del tiempo y compartiera una faceta hasta hace poco asumida por mí.
-Y… ¿quién es mi “Key Pal”?
Podría enumerar un sinnúmero de cualidades y no encajar en ninguno o cuadrar en todos… pues es un ser interesante en la medida que alegra mi colección de relatos acerca de la desordenada sociedad tercermundista y las intenciones de tener un orden universal como se da en algún Londres, París o cualquier ciudad de Europa.
Un ser tipo “Grinch” de corazón desesperanzador pero esperadamente conmovedor y paradójico; que con el cambio de los días se ha convertido en un buen amigo; como aquellos que logran superar las ansias instintivas por devorar cuerpos, masacrar corazones a base de ilusiones póstumas y discursos prediseñados.
Palabras al calor de un té -en agua con algo de leche- para disipar las incomodidades generadas por una nueva jornada laborar o el refrescante frio de una coca cola para camuflar la felicidad de estar en pie; me hace cuestionar constantemente en la importante labor de saber escuchar con desinterés a alguien y de ser escuchado en algún momento; de la relevancia de luchar por estar bien en lo que queremos y no ser conformistas con lo que se ha obtenido.
Pues bien, este post no ha versado de manera inteligible acerca del conocimiento de un nuevo amigo… más bien –puedo concluir- que el anterior fue un ejercicio de escritura automática pensando en una vivencia de cambio; y en esa medida, ofrezco sinceros agradecimientos a los hilos invisibles de mis acciones y a los hilos conductores del destino en permitirme conocer cada martes más a mi “key pal”.
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